Written by 8:26 am Entrevista

El Abogado que Reestructurá Empresas, Valores y Vidas Fernando del Castillo

EL CONCURSO MERCANTIL ES UNA HERRAMIENTA PARA PRESERVAR
VALOR, LO QUE SIGNIFICA PRESERVAR EMPLEOS, CADENAS
PRODUCTIVAS, RELACIONES COMERCIALES Y EMPRESAS
GENERADORAS DE RIQUEZA”

Desde hace más de tres décadas, Fernando del Castillo Elorza ha sido una figura clave en el derecho de insolvencia y reestructuras financieras en México. Egresado de la UNAM y con una carrera que inició formalmente en 1994, su vocación fue clara desde los años de preparatoria, cuando descubrió que su energía y su interés natural estaban en el terreno legal. Comenzó como pasante mientras estudiaba, trabajó brevemente en un pequeño despacho y más tarde ingresó a Santamarina y Steta, donde se consolidó como socio en 2001. Fue en 2018 cuando decidió emprender un nuevo capítulo y fundar junto con sus actuales socios, el despacho Del Castillo y Castro Abogados, una firma boutique de alta especialización que ha ganado reconocimiento nacional e internacional por su enfoque práctico y profundo conocimiento del ecosistema empresarial.

Desde sus inicios, Fernando se inclinó por el litigio, especialmente en el ámbito mercantil y de empresas. Su enfoque no fue penal ni laboral, sino la compleja red de controversias entre actores económicos. Muy temprano en su carrera comenzó a involucrarse con casos de quiebras y suspensiones de pagos, representando a acreedores primero, y luego a deudores con la entrada en vigor de la Ley de Concursos Mercantiles.


A partir de ahí, su práctica tomó una dirección firme: ayudar a empresas en crisis a reestructurarse, modificar términos de deuda y sobrevivir. Hoy, el 80% de su tiempo lo dedica a estos temas, sin dejar de lado litigios y arbitrajes que complementan su portafolio.

Del Castillo considera que la evolución del derecho concursal en México ha sido significativa. La antigua ley de quiebras, heredada de 1943, había dejado de ser un instrumento útil y se prestaba a abusos. Con la nueva legislación, se dio paso a una visión más moderna: “El concurso mercantil es una herramienta para preservar valor”, afirma. Preservar valor significa preservar empleos, cadenas productivas, relaciones comerciales y empresas generadoras de riqueza. Es, como él lo describe, cuidar un ecosistema que sostiene a múltiples actores más allá de los accionistas. Esta visión holística es la que ha guiado su práctica a lo largo de los años.

Tras 26 años en Santamarina y Steta, la decisión de fundar su propio despacho no fue simplemente un acto de independencia, sino una evolución natural de su práctica. Sentía que su especialización requería de un entorno más flexible, enfocado y con un ADN distinto al de un despacho full service. La boutique Del Castillo y Castro ha mantenido sus reconocimientos en los rankings más prestigiosos del mundo legal, como Chambers & Partners, y recientemente fue galardonada como la firma boutique del año por Legal 500. Para Fernando, este logro también responde a un valor muy claro: la cercanía con el cliente. Su equipo no solo ofrece conocimiento técnico, sino sensibilidad para entender la situación que atraviesa cada empresa, especialmente cuando la insolvencia irrumpe de forma inesperada. Haber estado “en las trincheras” les ha dado la experiencia no solo de aplicar la ley, sino de acompañar procesos humanos y empresariales complejos, con un enfoque estratégico y realista.

A lo largo de su carrera, Fernando ha participado en algunos de los casos más desafiantes del país. Recuerda la reestructura de Comercial Mexicana tras la crisis de 2008, además lideró la compleja reestructura de Altán Redes y el caso de La Europea, entre muchos otros. Todos estos asuntos, asegura, le siguen entusiasmando. Desde aquellos años en que se subía a tres “peceros” para cobrar facturas en Iztapalapa hasta hoy, el entusiasmo por resolver un problema jurídico no ha cambiado. “El día que un asunto legal deje de entusiasmarme, será momento de pensar en otra cosa”, dice con convicción.

En cuanto al arbitraje, lo ve como una herramienta valiosa y flexible, que permite a las partes diseñar su propio proceso y resolver controversias complejas sin depender del aparato judicial del Estado. En el contexto de las reformas al Poder Judicial, esta vía puede cobrar mayor relevancia, aunque en temas de insolvencia su uso sigue siendo limitado por la naturaleza de orden público de los concursos mercantiles. Aun así, en cuestiones periféricas o paralelas, el arbitraje sigue siendo útil.

Su consejo a los jóvenes abogados que se interesan por la insolvencia o el arbitraje internacional es claro: deben abrir su mente a otras disciplinas, especialmente la contabilidad y las finanzas. No basta con dominar la ley; es indispensable entender estados financieros, balances, conceptos como valor presente o quitas implícitas. “El abogado que quiere reestructurar empresas necesita conocer la lógica del dinero, no solo la lógica del derecho”, afirma con énfasis.

Hablar de Fernando del Castillo también es hablar del ser humano detrás del abogado. Más allá de su rigor profesional, ha aprendido con los años a “soltar”, a delegar, a entrenar a su equipo y a cultivar espacios personales. Tiene momentos sagrados con sus hijos y una pasión que sorprende a quienes solo lo conocen en traje y en tribunales: toca la batería en una banda de rock pesado, con música original. No se trata solo de una afición, sino de una forma de liberar energía, desconectarse del despacho y reconectarse consigo mismo. “Hay que encontrar un espacio para soltar, y hacerlo de verdad”, dice. El equilibrio no se da solo; se construye con intención.

“El abogado que quiere reestructurar empresas necesita conocer la lógica del dinero, no solo la lógica del derecho”

Si pudiera cambiar un solo aspecto del sistema legal mexicano, no duda en su respuesta: la corrupción. Aunque reconoce que hay muchos otros retos, cree que ese es el punto de partida para que todo lo demás empiece a mejorar. Y si algo ha aprendido con el tiempo, es que el derecho tiene verdadero sentido cuando se usa para resolver, destrabar y hacer avanzar.

A colegas, clientes, socios, y también a quienes estuvieron del otro lado de la mesa, les guarda un agradecimiento profundo. Porque en cada encuentro ha habido —y seguramente habrá— algo que aprender, una historia que escuchar, una mirada distinta que considerar. Y en ese aprendizaje constante está el verdadero valor de este camino.

Hoy, con entusiasmo por iniciar nuevos proyectos e innovar en el mundo legal, se siente con más energía que nunca. Porque lo que viene —con sus cambios, desafíos y todo lo que aún queda por construir— es también una oportunidad para seguir creciendo, y seguir sirviendo desde lo que mejor sabe hacer: escuchar, entender y buscar soluciones.

Last modified: 18 julio, 2025
Close Search Window
Close